30.5.05

Experiencia Mi Cáncer, Mi Victoria

Autor: Ariel Ricci SGIB

Al final del día 05 de Abril de 2005, algo extraño comenzó a manifestarse en mi organismo. Simplemente, no conseguía orinar y como consecuencia, sentía la vejiga hinchar.
La mañana siguiente, mi esposa Marly conversó con una doctora, que trabaja en la misma clínica, y ella le dijo para que yo fuese a una consulta con su padre, uno de los más reconocidos especialistas en vías urinarias de la ciudad y marcó la consulta con su padre para esa misma mañana, en su clínica particular.
Cuando llegamos, supimos que era su cumpleaños y que no iría trabajar ese día. Estaba yendo sólo para atenderme, y gratuitamente.
Luego de una breve consulta, el médico indicó la colocación de una sonda.
Al ser colocada, expelí tres litros de un líquido del color de Coca-Cola.
El doctor pidió una serie de exámenes a ser realizados en su propia clínica, sin ningún gasto para nosotros, ya que no tenemos planes de salud.
El día 11, retiré la sonda y, nuevamente, no conseguía orinar. Volví a la clínica y fue colocada otro tipo de sonda, permanente.
El día 13, tanto de mañana como a la tarde, hice los exámenes prescriptos en la mejor clínica urológica de la ciudad, gratuitamente.
La mañana del día 18 de Abril, con los resultados de los exámenes, el médico diagnosticó lo que ya me imaginaba: cáncer. Pero en la vejiga y no en la próstata.

El tratamiento debería ser realizado a través del sistema de salud pública.
A la tarde, llamaron de la clínica a mi esposa informando que se habían olvidado de entregarnos el resultado de un examen. Cuando Marly fue a retirar el resultado, se encontró con otro de los socios de la clínica, también un conceptuado especialista en vías urinarias y cirujano, que le preguntó qué estaba haciendo ahí. Informado de mi enfermedad, le dijo para que fuéramos a la mañana siguiente al Puesto Municipal de Salud Pública que él mismo nos atendería!
En ese mismo día, escribí para tres grupos budistas que integro a través de la internet (uno en portugués y dos en castellano) lo siguiente:
Mi cáncer, mi victoria!
Ayer, 18 de abril de 2005, recibí la noticia de que estoy con cáncer en la vejiga y que tendría que ser operado y posteriormente hacer tratamiento.
El motivo de estar escribiendo para Uds. es para contar mi decisión de lucha y tratar de alentar a quienes están sufriendo la maldad de la enfermedad.
En el instante que recibí el diagnóstico del médico, acrediten, sentí una sincera y profunda alegría.
En un instante, volví a mi punto primordial, a Kuon Ganjo.

Mentalmente, agradecí al Gohonzon por darme la oportunidad de enfrentar este desafío, con la certeza de que, como en otras ocasiones, también conseguiré manifestar, a través de mi lucha, de mi fe, de mi daimoku, la prueba real de esta práctica maravillosa.

Conocí el Budismo, en esta existencia, en 1995. Con menos de tres semanas de práctica, comprendí en lo más profundo de mi vida que soy un Buda y supe cual es mi misión en esta existencia. Luego enseguida, mi vida recordó uno de los principios fundamentales del Budismo: como Bodhisattva de la Tierra, vengo propagando la Ley existencia trás existencia, lo que nos permite, cada vez que vamos a renacer, crear a propósito el karma adecuado para cumplir nuestra misión.

Es por eso que Ikeda Sensei siempre nos enseña que no debemos pensar en karma y sí en misión.
Por eso, si hoy estoy con cáncer es porque yo escogí nacer con esas circunstancias y a través de mi victoria mostrar la grandiosidad de la Ley.
Eso, sinceramente, y haber acumulado mucha buena fortuna en las existencias pasadas! Por eso mi felicidad frente al desafío que ya comencé a enfrentar.
Cuando llegué en casa, abrí el butsudan para ofrecer al Gohonzon mi más poderoso daimoku de agradecimiento. Y la primera cosa que vino a mi mente fue la lucha de Pascual Olivera contra el cáncer. Muchos de Uds. se acordarán de cuanto, en aquella época, me identifiqué con su lucha, incluso traduciendo al portugués su lucha y sus palabras de aliento. Nunca entendí la profunda causa que me unía a Pascual. Hasta hoy. Poder enfrentar el mismo desafío que Pascual es, para mi, un gran privilegio.
Pueden estar seguros que estaré a altura de él.

Pero, vivir mucho para qué? Cómo vivir?
Algunos años atrás, hice un juramento de vivir hasta 10 años después de la muerte de Sensei para, como discípulo, luchar para mantener la pureza de sus enseñanzas.
Determiné vencer la maldad. Determiné vencer el cáncer. Y cuando un Buda determina la victoria delante del Gohonzon, crea la causa para la victoria. Sólo falta mi daimoku para hacer manifestar el efecto de esta causa.
Para eso, cuento con el poder del Gohonzon, el poder de la Ley y el poder de mi práctica y de mi fe. Y principalmente, cuento con las orientaciones de Nichiren Daishonin y de Ikeda Sensei.
A él ofrezco mi lucha y mi victoria.
Nam-myojo-rengue-kyo.

El día 19, fuimos al Puesto de Salud Pública Municipal en el horario indicado por el médico, a las 7:30 hs. Había pocas personas aguardando, algo raro en Brasil (lo común son largas colas) y fui el primero en ser atendido por el especialista en vías urinarias. Analizando los resultados de los exámenes, confirmó el diagnóstico de cáncer e informó las diferentes opciones de tratamiento. Todas pasaban por procedimientos quirúrgicos y, en última instancia, dependería del cuadro que se encontrase en la primera opción, que sería la tentativa de retirada total del tumor a través de la uretra, sin necesidad de corte.

Pero, como ese cáncer ya estaba en mi organismo por aproximadamente dos años, no se descartaba la retirada total de la vejiga o de otros órganos que pudiesen estar afectados. Como todos sabemos, la peor hipótesis en un cáncer es que se haya extendido de tal manera que sea imposible su cura.
Al final de la consulta, el médico solicitó mi internación en el Hospital Regional, de la red pública.

Ese mismo día, determiné acabar con la sangre en la orina, porque ya había cumplido con la función de alertarme respecto de la enfermedad.
El día 20, viajé para São Paulo e hice shakubuku a dos funcionarias del Consulado del Uruguay que conozco hace más de 20 años.
Después del almuerzo, conversé con mi antiguo dirigente, un veterano en la práctica, que una vez más fue riguroso y me dijo que yo no podía morir ahora porque tenía que cuidar de mi papá de 85 años y, así, cumplir mi función de hijo.
Volviendo para mi ciudad, hice shakubuku a una joven madre desesperada por problemas de desarmonía familiar.
El día 21, ya no había ningún rastro de sangre en mi orina!
El 26 de Abril, escribí el siguiente mensaje para mis compañeros budistas de internet:

La Gran Victoria
La mayor victoria, la verdadera victoria, ya fue conquistada.
Esa victoria se llama "volver al punto primordial".

Había dejado que mi mente dominase mi vida, filosofando y cuestionando (cosa de seudo-intelectual), lo que yo llamo de "síndrome de Sharihotsu".
Así, mi fe fue abalada y, como reflejo, mi práctica también.
Por ese motivo, no veo esta enfermedad como un sufrimiento sino como un beneficio. Fue necesario un hecho tan grave para retornar al juramento que hice en Kuon Ganjo junto al Buda Original.

Cuando escuché el diagnóstico, sentí que esta existencia toda estuve esperando por ese momento. Me acordé de la respuesta de Nichiren a Shijo Kingo cuando iba a ser decapitado...
Mi daimoku volvió a surgir desde lo más profundo de mi vida. Un daimoku sin cuestionamientos. Un daimoku vivo, libre, espontáneo, alegre, vibrante, al punto de estremecer el Universo. Ese es el beneficio! Esa es la verdadera victoria!

Y esa es la manifestación de la benevolencia del Gohonzon!
Al mismo tiempo, no existe la posibilidad de lamentarse. Es vencer o vencer!
Entonces, nos deparamos con nuestra esencia. Es en momentos así cuando se hace más viva aquella enseñanza de Sensei en el sentido de que "no importa el cargo dentro de la organización o la posición social"... No existe nada más allá de la fe, del Gohonzon y del daimoku. Es en ese instante que nuestra vida determina cumplir la misión o ser derrotado. Nadie puede vencer esa batalla por nosotros.
Es evidente que en el momento que estoy viviendo, acabamos reflexionando mucho. Eliminamos lo superfluo y ahondamos en lo esencial. Otro beneficio.

Nos acordamos que somos Budas de Kuon Ganjo. Nos acordamos que no somos diferentes en nada de Nichiren Daishonin y de Ikeda Sensei, que podemos lograr la sabiduría, determinación y coraje de ellos. Sólo depende de nuestro daimoku.
Qué hacer, entonces?
Mostrar a la gente como vive, como lucha y como vence un discípulo de Ikeda Sensei, un budista!
Esa es nuestra función, realizar el shakubuku.
No existe otro motivo, a no ser el shakubuku, para estar enfrentando este desafío!
La gente tiene que mirar en nosotros y percibir que somos "diferentes"... Por la manera corajosa como encaramos la adversidad, por nuestro aspecto radiante frente a la situación que es "terrible" para el mortal común. La gente tiene que sentir "admiración" por nuestra tranquilidad, por nuestra determinación, por nuestra capacidad de alentarlos con nuestra lucha, con nuestra vida. La gente tiene que sentir el deseo de saber de dónde surge esa energía vital que nos lleva a vencer esas circunstancias. Como resultado de esa lucha, de ese daimoku, la vida de esas personas "pide" para que hagamos shakubuku!

Cómo no sentirme feliz! Cómo no sentirme victorioso!
El día 02 de Mayo, fue retirada, definitivamente la sonda, volviendo a orinar normalmente.
Enseguida, llamaron del hospital informando que debía comparecer al día siguiente porque había sido marcada la cirugía para el día 11 de Mayo.
Al día siguiente, 03 de Mayo, llamaron nuevamente del hospital informando que había acontecido una oportunidad y preguntando si no gustaría de anticipar la cirugía en una semana y realizarla al día siguiente 04 de Mayo!
Eso pasaba al mismo tiempo que todos los medios brasileros estaban denunciando la muerte de jubilados por falta de atención en la red de salud pública!!!

Como explicar mi buena fortuna sino como el resultado de nuestro daimoku!
Decidí no anticipar la cirugía, porque no quería desperdiciar una semana de daimoku por el éxito de la misma.
No me sentía enfermo.
Mi organismo ya no manifestaba ningún síntoma de la enfermedad y llevaba una vida absolutamente normal.
Las personas que sabían de mi enfermedad, y se encontraban conmigo, se sorprendían con mi aspecto y buena disposición. Simplemente no creían que estuviese con cáncer.
El día 06 de Mayo, escribí otro mensaje a los compañeros budistas por internet:

El Gran Beneficio
Una compañera de Venezuela, se acordó del objetivo que yo había lanzado para el día 03 de Mayo de 2005 y me preguntó a ese respecto. Debo confesar que, analizando como mortal común, no llegué ni cerca de lograr ese objetivo. Y la causa es muy simple: yo fui flojo.
Pero, si analizo mi situación del día 03 de Mayo de 2005, como budista, la victoria fue estruendosa, mucho más allá de lo imaginado en la época que lancé el objetivo!
Dejando de lado los detalles, el objetivo era demostrar como, a través de la práctica del Budismo de Nichiren Daishonin, nada es imposible. Mostrar que toda y cualquier victoria está a nuestro alcance.
Conversando sobre ese tema con mi esposa Marly, una profunda conocedora del Gosho (en su sentido más profundo), supe que ella también había llegado a la misma conclusión. Y, para definir mi victoria, me dijo:
"También pensé sobre eso, y me acordé de la "Carta a Abutsu-bo"...
Perfecto!
Existe beneficio mayor que comprender, con la propia vida, que "yo soy la propia Torre de Tesoros"?
Eso es realmente maravilloso!
Comprobar con la propia vida aquello que ya sabíamos en la teoría...
El mensaje que deseo pasar para cada uno de Uds. es el siguiente:

Paren de pensar como mortales comunes!
Mientras enfrenten sus actuales circunstancias negativas como "karma", estarán pensando, sintiendo y actuando como mortales comunes. Esas circunstancias, se transforman así en un sufrimiento y nuestro daimoku en un lamento, un "pedido" al Gohonzon consagrado en el oratorio.
Por otro lado, si vemos esas mismas circunstancias como beneficio, como un medio para profundizar nuestra revolución humana, como algo que nosotros mismos elegimos con el propósito de cumplir nuestra misión, intransferible, de demostrar la veracidad del Budismo de Nichiren Daishonin, de demostrar con nuestra propia vida la veracidad de las palabras de nuestro Mentor, entonces, estaremos pensando, sintiendo y actuando como Budas.
Eso es "abrazar el Sutra del Loto".

Eso es haber conquistado la Libertad para nuestra práctica y para nuestra vida.
Un Bodhisattva de la Tierra que piensa como mortal común es una calumnia a la Ley.

Hoy, puedo encontrarme con mi Maestro, y mirándolo a los ojos, con una sonrisa decirle: "Gracias, Sensei! Yo vencí!".
El domingo 08 de Mayo, hicimos shakubuku a un matrimonio amigo. La esposa estaba con problemas de salud.
El lunes 09 de Mayo, alenté a una vecina, shakubuku de Marly, para venir a casa e iniciar su práctica y conocer mejor el Budismo de Nichiren.

El 11 de Mayo, me desperté pensando: "Un Buda se levanta para ir al hospital. Hoy es un día maravilloso en la vida de este Buda. Este Buda será operado y manifestará la prueba real. Hoy, una vez más este Buda será victorioso!".
Mi esposa y yo invocamos un profundo daimoku de agradecimiento.

Me interné en el hospital, a las 6:00 hs.
A las once menos cuarto de la mañana, entré en el centro quirúrgico e invoqué daimoku sansho.
Una hora y media después, mientras el médico terminaba el procedimiento quirúrgico, fui informado que la cirugía había sido un éxito y que el cáncer había sido totalmente removido!
La previsión de alta para ese procedimiento es de 48 hs., pero, yo tuve alta ya al día siguiente. Todas las enfermeras que hablaron conmigo durante el post-operatorio, no creían que no sintiese ningún dolor o que no hubiese sufrido ninguna reacción por la anestesia.

Al final de la tarde del día 12 de Mayo tuve el alta y volví para casa.
Después de algunos minutos, le pedí a mi esposa para que me acompañase a un pequeño paseo por las calles del barrio...
Al día siguiente, pasé por la panadería del matrimonio al que le habíamos pasado la Ley el domingo anterior para mostrarles "mi prueba real".
Perplejo con el hecho de estar andando y con un óptimo aspecto, el marido me dijo: "A pesar de no conocer bien la palabra que Uds. nos enseñaron (Nam-myojo-rengue-kyo), nosotros oramos por tu salud y queremos hacerles una visita para conocer mejor el budismo".

A la tarde, me entregaron en casa la nueva computadora que compramos de una empresa de São Paulo. Durante su instalación, hicimos shakubuku al técnico de la empresa que se manifestó muy interesado al saber que somos budistas. Antes de irse, hizo daimoku sansho delante de nuestro Gohonzon y determinó que haría daimoku durante los próximos 90 días, decidido a obtener su propia prueba real.

Al final de la tarde, fui a buscar a mi esposa en la clínica donde trabaja.
Hicimos shakubuku a la médico que había marcado la primera consulta con su padre y que diagnosticó el cáncer. Cuando su padre llegó para buscarla, no creyó, siendo uno de los mejores especialistas de la ciudad, que ya hubiese sido operado y estuviese en esas condiciones de salud! La próxima semana, ella y su novio, vendrán a nuestra casa para conocer el Budismo de Nichiren Daishonin y el Gohonzon. Existe retribución mayor que pasarle la Ley Mística a una persona con la que tenemos una deuda de gratitud?

En 22 días, desde que fue diagnosticado el cáncer, hasta hoy, realizamos 9 shakubukus y estoy alentando 2 shakubukus que me contactaron por internet en función de mi enfermedad.
Más, se engaña quien piensa que fue una victoria personal mía.
Se engaña quien piensa que realicé algo excepcional.
Mi único mérito fue mi fe en la Ley Mística y la comprensión de que mi lucha no era por mi vida y sí una lucha por el kosen-rufu. En ningún momento invoqué por mi vida, o para no morirme, y sí para manifestar, una vez más, la prueba real. Fue una batalla más de un Buda por el kosen-rufu.

Y, por este motivo, manifesté un gran poder de convocatoria, una poderosa cadena de daimoku, llegada de las diez direcciones, que pasó por lugares tan distantes como Noruega, Alemania, España, Francia, Japón, Canadá, Estados Unidos, México, Panamá, Venezuela, Argentina y de los cuatro rincones del Brasil...
Cómo esa oración podría no tener respuesta?
Por eso, mi victoria es la victoria de ustedes!
En última instancia, es la victoria de Ikeda Sensei que fue quien convocó a cada uno de ustedes para luchar en esta época por el kosen-rufu!
Mi eterno agradecimiento, por las tres existencias, a cada uno de ustedes que están construyendo el kosen-rufu.