29.1.06

Experiencia Judith Penuela

Buenas tardes a todas y todos. Feliz Año 2006!
Soy Judith Peñuela y estoy practicando este maravilloso budismo desde el 21de junio del pasado año!. Me siento inmensamente feliz en compartir con ustedes mi VICTORIA de haberme liberado del pequeño infierno en que vivía.
La Navidad del año 2004 fue muy amarga para todos en mi hogar y más para mi por sentirme frustrada como madre, como abuela y … como suegra, porqué no? Estaba pasando en ese momento por una gran tristeza afectiva debido a que las relaciones con uno de mis hijos y su esposa estaban sumamente distantes y frías llegando a ser hasta irreverentes. Era mi primera experiencia como abuela y no podía ni siquiera disfrutar de mi nieto. Me sentía censurada, sin la capacidad de comunicarme, me sentía despreciada, aislada, ajena e ignorada. Era una situación en la que solo tenia la ilusión de que dándole tiempo al tiempo podría mejorar. Esta situación familiar tan dolorosa me llevo a tomar la decisión de distanciarme, pues era la única manera, en ese momento, de no enfrentar ese sufrimiento.
Fue entonces cuando mi hija Fesita que es miembro de la Soka Gakkai en San Francisco, California me habló de esta práctica. Me contó su experiencia de cómo ella había comenzado a invocar Nam Myoho Renge Kyo.
Mi hija me dio las luces básicas del Budismo de Nichiren Daishonin, me contó muchos testimonios admirables y me dijo que estaba orando por la felicidad de nuestra familia, es decir: su padre, sus hermanos y yo, de manera que yo estaba realmente sorprendida - asombrada y con una curiosidad inmensa. Al sentir que yo estaba interesada y que rápidamente había aprendido a recitar Nam Myoho Renge Kyo, me envió el teléfono y la dirección de la Soka Gakkai Internacional aquí en Caracas.
Una de las cosas que me contó Fesita, y que me impactó mucho fue sobre los beneficios que se obtienen a través de nuestra práctica y que afecta positivamente a nuestros parientes de 7 generaciones anteriores y de 7 posteriores. Motivada por mi gran tristeza familiar, decidí unirme a distancia, con mi hija para orar - orar y orar con la esperanza y plena confianza de sanar y transformar esa situación, recordando las palabras del Presidente Ikeda donde menciona que “la oración limpia el corazón …” y también menciona que:
“si uno cambia cambian los demás, si cambian los demás cambia el corazón, si cambia el corazón de uno cambia la palabra, si cambia la palabra cambia la postura de uno, si cambia la postura de uno cambia el ambiente, si cambia el ambiente CAMBIA LA VIDA COTIDIANA” .
Efectivamente la situación comenzó a mejorar muy rápidamente. Yo decidi recibir Gohonzon y qué maravilla que cuando me visitaron en mi casa Shoko, Esperanza y Gisela, para formalizar mi ingreso a la organización llegaron por sorpresa mi hijo, su esposa y su bebe y se mostraron bien cordiales y conversadores… aún sin saber de que se trataba todo eso, porque como no teníamos comunicación alguna, ellos estaban como en la luna… y yo estaba emocionadísima por el momento que estaba viviendo.
El 11 de diciembre, fecha inolvidable, recibí mi Gohonzon. Cuando fueron a casa a entronizarlo, también llegaron de visita mis hijos y mi nieto, presenciaron con atención y respeto la instalación y cuando empezamos a hacer daimoku mi nuera se quedó con nosotras muy interesada en conocer sobre la practica y en voz baja cantó y cantó y siguió en silencio el Gonguio… yo me sentía en ese momento tan y tan feliz y tan agradecida que no lograba concentrarme en la lectura del Gonguio, porque mis ojos también celebraban con alguna lagrimita… que yo trataba de dominar…
Gracias a mi práctica y dedicación se modificó esa inmensa pena, y una gran muestra de la transformación es ESTA Navidad, que ha sido de compartir, de alegrías, de risas, de llanto positivo y hasta de ocuparse en darme regalos sorpresa y con lindos detalles, pensando solo en agradarme y en demostrarnos mutuamente nuestro amor.
Tengo la determinación de desarrollar mucha fe, coraje, convicción y confianza para construir un hogar ejemplar a través de mi propia felicidad, nuestra felicidad y la felicidad de todo mi entorno.
Me siento privilegiada y muy emocionada de que hoy, el primer día del primer mes del 2006, tenga la oportunidad de comenzarlo compartiendo con ustedes mi victoria, y determinación a tener sucesivas victorias para el 2007. Quiero manifestar mi agradecimiento mas sincero y mi mas profunda alabanza a Nichiren Daishonin por habernos legado este maravilloso budismo, a sus sucesores por haberlo internacionalizado, a Fesita mi hija por haberme iniciado en esta maravillosa práctica y a los miembros de la Soka Gakkai Internacional de Venezuela quienes con su apoyo, ejemplo, sabiduría, dedicación, humildad y sencillez me invitan a cultivar esa convicción, ese coraje y esa esperanza de llegar a ser también una persona felizmente dedicada a propagar la Ley.
Para cerrar quisiera compartir una cita del presidente Ikeda:
“La oración es el coraje de perseverar. Es el esfuerzo para superar nuestra propia debilidad y falta de confianza en nosotros mismos. Es el acto de imprimir en las meras profundidades de nuestro ser la convicción de que podemos cambiar la situación sin fallar. La oración es la manera de superar cualquier miedo. Es la forma de hacer desaparecer el sufrimiento, la forma de encender una antorcha de esperanza. Es la revolución que escribe de nuevo el escenario de nuestro destino.”
Gracias por escucharme y de corazón les deseo mucha felicidad en este año nuevo.
Caracas, enero 1 de 2006