23.1.05

Si no hubiese sido por esta maravillosa práctica...

EXPERIENCIA DE LA SRA. ANGÉLICA DÍAZ, MIEMBRO DE CALI, COLOMBIA. DICIEMBRE 1997
Tomado del Seikyo Criollo, Marzo 1998


Buenos días queridos compañeros: saludo cariñosamente al Sr. Mazequina que viene desde el Perú a visitarnos - Angélica Romero encargada de las damas en Colombia y el Sr. Yesid Machado encargado de la organización en Colombia.

Señoras y señores:
Para mi es muy placentero representar al Dpto. del Valle del Cauca en tan importante asamblea como integrante del grupo budista y a la vez doy mis más sinceros agradecimientos por tenernos en cuenta, esperamos que estas reuniones se hagan con más frecuencia en las diferentes ciudades del país donde hayan integrantes de nuestra organización para lograr objetivos como la paz mundial. Les contaré la historia de mi vida antes de conocer este maravilloso Budismo Ortodoxo de Nichiren Daishonin.

Desde mi niñez he estado carente de mucho amor y comprensión y esto me trajo muchas amarguras a mi vida; me casé y fui muy infeliz. Elegí a la persona menos adecuada, me separé después de haber estado en clínicas de reposo y tomando calmantes en cantidad para mis angustias. Mi separación fue muy traumática pues me quitaron todo, lo único que faltaba era que me quitaran a mis hijos y mi esposo y su familia lo intentaron hacer. Debido a esta situación tan terrible decidí irme para Venezuela con mis dos hijos pues yo vivía en Medellín sumida en la amargura más grande, con un maletín en la mano y sin casa donde vivir; mis hijos vivían con mi suegra.

Me fui con ellos para Venezuela y fue también para sufrir, tomaba mucho licor y como el sufrimiento era tan grande odiaba a la gente y todo lo que me rodeaba. Me encontraba sola, muy sola, en un país extraño, pero ese odio era lo único que me hacia sentir fuerte y segura. Encontré un trabajo en una empresa en Caracas como secretaria y la persona que dirigía esa empresa era budista. Ella comprendió sin que yo dijera nada toda mi angustia y mi sufrimiento y me dio escrita en un papelito la palabra Nam Miojo Rengue Kio.

Empecé a practicar con mucha dificultad porque me daba miedo que Dios me castigara, así pensaba yo. Empecé a repetir Nam Miojo Rengue Kio y al poco tiempo vi como lograba las cosas con más facilidad. Al cabo de un año ya no sentía casi deseos de tomar, pero mi mente estaba como un rompecabezas y por lo tanto, mi vida estaba igual. Ahora, después de 18 años de práctica he visto y experimentado una profunda transformación. Los cambios que han habido en mi vida a través de mi práctica son: mi estabilidad emocional, laboral, familiar y el gran beneficio de tener mi casa propia para el Kosen-rufu y para que se hospeden en ella miembros de Colombia y de cualquier parte del mundo. Otro cambio que he tenido en mi vida ha sido el ya no sentir miedo de estar sola. La determinación que tengo ahora es la de luchar por el Kosen-rufu de Colombia, concretamente en Cali, ayudar a que sean felices las personas que ya conocen esta maravillosa práctica y las que deseen ingresar a ella y además apoyar a nuestros jóvenes que son el futuro de nuestra querida Colombia y para concluir les puedo decir que si no hubiese sido por esta maravillosa práctica del Budismo Ortodoxo de Nichiren Daishonin y la guía, aliento y orientación que a diario recibo del presidente Ikeda, yo ya no existiría y les puedo decir muy humildemente que se puede lograr con ella la felicidad y mucho más.