13.1.05

Erradicando la Cefalea

Experiencia de Salud de Sra. Cristina Valarino. Div Damas SGIV
Han La Trinidad
Caracas, 21 de septiembre de 2002

A comienzos de 1985, cuando conoci Nam Miojo Rengue Kió, yo estaba en una dolorosa emergencia física y emocional, había caido en una incapacitante falta de control y uso de mis recursos internos. La muerte de dos hermanos y un sobrino en menos de nueve meses habían acelerado antiguos dolores de cabeza (cefalea) y habían precipitado un cuadro depresivo importante. Dos años de práctica budista me condujeron a recibir mi Gojonzon en noviembre de 1987
.
A partir de esa fecha comenzó un verdadero compromiso para lidiar con la cefalea que ya tenía una duración de 13 años. Se trataba de un dolor de cabeza las 24 horas del día, lo único que variaba era su intensidad: de fuerte a urgente. Cuando era urgente, debía ser atendida de emergencia en alguna clínica cercana para calmar el dolor. En ocasiones solo se calmaba y no se eliminaba. Recuerdo una oportunidad en la que, en mi desesperacion le dije a un medico: “si usted no me da una medicina suficientemente potente, llamo a uno de mis alumnos y le pido morfina”. De esta magnitud tan baja era mi condicion de vida, esta condicion, en budismo se llama ;”infierno”.
Durante los primeros 5 años la cefalea estuvo acompañada de angustia por el temor de algún tumor cerebral no descubierto. En ese lapso, despues de ser atendida por unos treinta especialistas “estrella” del pais y múltiples examenes, mi hermano psiquiatra me dijo: “no tienes nada orgánico, no te preocupes, que si fuera algo maligno, en cinco años ya hubieras muerto…es algo funcional.. tu eres una persona melancólica y puede ser depresivo”. Los antidepresivos mejoraron mi ánimo mas no mi cefalea. El uso de una medicina, tranquilizante resultó un gran alivio, pues su efecto secundario me permitió dormir y descansar del dolor al menos por las noches.
Nunca dejaré de agradecer en mi corazón el apoyo de este hermano.

Durante el dia asistía a mi trabajo, hacía mi posgrado y cuidaba mi hogar (esposo y dos pequeños, uno de ellos con un síndrome de una enfermedad para el momento sin diagnosticar).
Este era uno de los videos de mi existencia para el momento en que comencé a entonar Nam Miojo Rengue Kió.

Dudé de estas palabras, de este mantra, el hecho de entonarlas me parecía un planteamiento demasiado simple para erradicar tanto dolor de mi ser. Mi amiga budista insistía y me animaba a probar, me llevaba a casas donde había un Gojonzon y cada vez que abrian una de aquellas hermosas y bien custodiadas cajas y aparecía el Gojonzon, fluía de mi, todo el llanto desbordante e incontenible.
En breve tiempo tuve a mi alrededor un grupo como este (han) y un pequeño y sensible ejército femenino , preñados de misericordia hacia mi. Me visitaban en mi hogar, cantaban conmigo, me brindaban material de lectura y cuando a mi cuerpo le costaba mantenerse erguido por el cansancio y el dolor, ellos oraban por mi. A todos les agradezco tanta bondad y tanto camino recorrido juntos en la fe…

Comencé a saciarme de la teoría budista, mi espíritu buscador aprovechaba cada oportunidad para comprender, aclarar dudas y recibir alguna orientacion en la fe.
Pasaron dos años luchando con esfuerzo y el dolor no cedía, mas ocurrían otros beneficios tales como una nueva pareja muy especial, proyección laboral y auténticas, nuevas y profundas relaciones Gakkai.

La relación de pareja durante 5 años fue un maravilloso beneficio, una experiencia significativa para mi y para mis dos hijos.

Decidí viajar a Japón en abril del año 1992 y allí fui atendida por una señora japonesa, de varios años de practica budista, de quien recibí una orientación clara ,precisa y misericordiosa de cómo erradicar mi enfermedad y dos enfermedades mas existentes en mi familia: severos síndromas cardiovasculares y el autismo de mi hijo. Las tres enfermedades consideradas por la ciencia “enfermedades incurables”, y según la orientación…” causadas por creencias distorcionadas sobre la vida, enraizadas hondamente en mi vida y en las de mis familiares del pasado y de la actualidad”.
La orientadora colocó pétalos de flores sobre el líquido de su tazón y mientras me orientaba iba sacando cada pétalo para mostrarme cómo iba a ir limpiándose mi vida de cada creencia equivocada erradicada… y finalmente la taza quedó sin pétalos, sin karma, sin sufrimiento, solo con el líquido original de la vida no contaminada por distorsiones, como quedaría mi existencia en un futuro cercano…

Con solo dos años de práctica budista no comprendí esta orientación, solo me llegó la misericordia de esta mujer, asi se lo expresé y me respondió: “cante daimoku para comprender la orientación y poco a poco usted limpiará su karma y el de su famili y será feliz”.

Horas después, orando frente al majestuoso y místico Dai Gojonzon, agradecí la orientación y me comprometí a transformar mi karma y el de mi familia de toda enfermedad incurable.



En Japón tuve experiencias conmovedoras, aun cuando viví durante diez dias una de las etapas mas fuertes de dolor físico, desesperanza y llanto incontenible . Algunas veces rebobinando esa estadía, interpreto que yo dejé en Japón el centro de mi karma y que asumí la determinación de cambiar un “karma immutable” (difícil de cambiar en una sola existencia).Estaba lejos de saber que aun debía recorrer por cuenta de la cefalea, 4 años mas de dolor y desesperación.

Entre los años 90 y 94 oré durante 2 y 3 horas diarias, los fines de semana hasta 5y 7 horas. Abrí mi hogar para reuniones budistas, acepté una función de responsabilidad dentro de la SGIV y hablé de Budismo a algunas personas.
Siquieron episodios muy difíciles, además de la cefalea, se desató angustia, depresión y crisis de pánico. Todos estos terribles episodios los fui venciendo, erradicando. Fui haciendo cambios internos importantes relacionados con las creencias y el comportamiento equivocado ( a esto se le llama Revolución Humana). Me fui fortaleciendo como persona. Yo quería evitar la confusion y la preocupación a mis hijos, mi compañero, mi familia, amigos, compañeros de trabajo y budistas.

En cuanto a mi compañero, no fuí capaz de retenerlo mas allá de 5 años, no lo apoye suficientemente en un momento difícil. A traves del daimoku por la separación, pude captar mi debilidad, mi egoismo, mi actitud de víctima. Entonces oré muy sinceramente y lo transformé.

Aprendi a hacer un ejercicio místico de sincero arrepentimiento (Zangue), para erradicar la crisis de pánico y pude percibir , captar con todo mi ser, la eternidad de la vida. De inmediato desapareció la crisis de depresión y la de pánico. Uno de los mayores y mas impactantes beneficios que he recibido, pues si la cefalea era dolorosa, la depresion y el pánico habían sido insostenibles, y las tres juntas habían originado fantasias suicidas...

Comenzando el año 94 recibí un nuevo tratamiento medico, sencillo e inimaginable y a la semana el dolor de cabeza comenzó a declinar significativamente. La gente conocida me preguntaba ¿que te ocurre, porque estas tan feliz? Y les respondía: “NO .TENGO DOLOR DE CABEZA”.
Esta especialista había estado por años en su consultorio, tenía un tratamiento exitoso para mi cefalea, mas yo no había acumulado en mi ser suficiente “buena fortuna” para encontrarla y para obtener mi curación.
Necesité en total 20 años de padecimiento, 13 de ellos sin Gojonzon y los 7 últimos con Gojonzon. Aun a veces, al menos 2 veces por mes, siento algún dolor que cede con un par de pastillas y que no me producen preocupación porque se que me he curado.
Si alguno me preguntara ¿porque no te has curado 100%? : le diría “por la misericordia, la budeidad existente en el universo. Estoy segura que este gran dolor es uno de los sufrimientos que me ha permitido avanzar como budista y transformar mi existencia y la de mi familia. De haberlo curado totalmente sin haber logrado la profundidad en la fe que estoy desarrollando actualmenteo, tal vez me hubiera debilitado en la práctica budista . Necesito una fe inamovible, y yo se que tengo una gran misión que estoy dispuesta a cumplir”.

Deseo concluir este relato con una orientación diaria de Ikeda Sensei, la del 20.de septiembre de 2002:

“El budismo consiste en luchar para obtener la victoria. Así es la vida. La derrota es triste. Si triunfamos, nuestras vidas desbordarán de alegría y acumularemos buena fortuna y beneficios.”

Muchas Gracias