13.1.05

Practicando Budismo en la milicia

Experiencia de King-Sau Kenneth Siu, MD
Teniente coronel, Fuerza Aérea de los EE.UU., cirujano de vuelo
Base Aérea de Yokota, Japón

enviado por: "pablorocca" a la lista Gente Soka

Soy un médico que trabaja para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la Base Aérea de Yokota en el Japón. Fui introducido al Budismo de Nichiren Daishonin en 1987, cuando los padres de uno de mis pacientes me invitaron a mi primera reunión de la SGI. Aunque yo había estudiado el Budismo cuando era pequeño, la novedosa idea de que la Budeidad es alcanzable en nuestra existencia brilló como un rayo de esperanza en mi corazón, y me uní a la SGI en esa misma semana. Por entonces, mi vida parecía estar empantanada en la confusión y la frustración; sin embargo, mi práctica budista me ayudó a transformar estos sentimientos en esperanza por el futuro.

En 1987 yo estaba en mi práctica privada, y también trabajaba a tiempo parcial como pediatra reservista de la Fuerza Aérea en la Base de Hickam en Hawai. Yo siempre había querido viajar mucho para poder encontrarme con personas de todo el mundo. Después de mi invocación y reflexión sobre mis metas personales y mi futuro, decidí unirme a la Fuerza Aérea. A lo largo de los pasados 13 años, mi familia y yo habíamos estado radicados en diversas localidades de los Estados Unidos, Canadá, Egipto, Turquía, y en otros cinco países de Europa, y ahora estamos de vuelta en el Japón en un segundo viaje. Lo que he aprendido, como resultado de mi encuentro con personas de todo el mundo, es que el deseo por la felicidad y la alegría por ayudar a otros son universales.

Ahora trabajo como cirujano de vuelo, cuidando de los pilotos y demás personal, así como de sus familias. Como pediatra, después de estudiar el Budismo, he llegado a valorar más el potencial de los niños. He desarrollado mucho mayor respeto por cada niño con quien me encuentro: los niños son, en verdad, los líderes del futuro. Cuando miro a sus ojos y veo su alegre actitud, sus espontáneas sonrisas y su capacidad para ver a todos como iguales, me lleno de esperanzas y se fortalece mi convicción de que el estado de la Budeidad existe en todos.

El doctor Siu (al frente) sirve como comandante de la “Expedición de apoyo médico” durante un ejercicio en la Base Aérea de Yokota (mayo de 2002)
Me siento honrado de ser un representante de la SGI en la Base Aérea de Yokota. Nos hemos ganado la confianza de los demás en la base. La capilla ha registrado a nuestra organización budista como un grupo religioso. Los seminarios que hemos estado realizando todos los años han dejado una fuerte impresión en el capellán de la base, quien posteriormente comenzó a abogar porque la capilla se convirtiera en un lugar de oración para todas las creencias religiosas. En la actualidad, nuestro grupo budista se reúne semanalmente en la capilla principal, con muchos invitados que asisten espontáneamente para hacer preguntas respecto a la práctica. También hemos realizado diálogos interreligiosos con otros grupos religiosos, comenzando con la primera reunión budista-musulmana en la base. Hemos forjado amistades con personas de otras religiones basados en el mutuo interés de la paz, la cultura y la educación.

Yo creo que, en el mundo, todos deberían encontrarse y saber de primera mano el innecesario sufrimiento que soportan tantos seres humanos en los países en vías de desarrollo. El año pasado fui en un viaje de trabajo de un mes al Timor oriental. Pasamos 30 días en una isla que había sido devastada por la opresión y la violencia.

Yo trabajé como pediatra, tratando enfermedades de las que casi no se oye en los países desarrollados: la tuberculosis, la malaria y la desnutrición eran comunes. Veíamos a más de 200 pacientes cada día. Los orfanatos que están camino arriba, en las montañas, albergan a cientos de niños que han perdido a sus padres durante el conflicto. Aunque la mayoría de los huérfanos no tenían zapatos y estaban claramente desnutridos, sus cálidas sonrisas derretían nuestros corazones. Estos niños parecen perfectamente contentos jugando en el lodo, en el agua o en la playa.

Una determinación mía, surgida de mi práctica budista, es comenzar un seminario PAIN (palabra inglesa que significa dolor, pena, sufrimiento) diseñado para ayudar a la gente que está sufriendo de P (pain) dolor físico o psicológico; A (anxiety) ansiedad y depresión o adicción; I (imnsomnia) insomnio, desórdenes heredados o problemas interpersonales; y N sentimientos de estar insatisfechos o no apreciados. Debido a que no soy psiquiatra clínico, estoy colaborando con colegas del Departamento Conductual de la base, los servicios del capellán y el Centro de Salud y Bienestar.

Yo estoy decidido a demostrar la prueba real del Budismo en mi vida cotidiana en la sociedad y aliviando el sufrimiento de los demás.