13.1.05

Identificar Mi Karma

por Liliana Viola (Asuncion, Paraguay)

Muy buenas tardes.
Mi nombre es Liliana Viola, pertenezco al Cabildo Victoria y hace 5 años y medio que practico este Budismo.
El lema de este año es “Año de la Gloria y de la gran Victoria” cuando el otro día me propusieron contarles mi experiencia hoy, y me puse a hilvanar ideas me di cuenta que el lema de este 2003 tenía mucho que ver con lo que yo estoy viviendo dentro mío en estos días.

Desde que practico este Budismo logré muchísimas pruebas reales, muchas de ellas ya en varias oportunidades he tenido la alegría de contárselas, los que me conocen desde que empecé con sólo verme se dan cuenta de mi cambio...
Muchas veces he oído en charlas de estudio o en orientaciones de Sensei “lograr una fe inquebrantable”, comprobé en mi misma que a través del daimoku de corazón pude ir manifestando pruebas reales, y gracias a ello hoy poseo esa fe inquebrantable dentro de mi que como dice el gosho “sufra lo que tenga que sufrir, disfrute lo que tenga que disfrutar y continúe invocando, no importa lo que suceda y estoy sumamente orgullosa de poseer esa FE que no conocía.


Concreté objetivos realmente muy importantes en la parte laboral y financiera primero. En la relación con mis amados después, con mis seres queridos, con mis amigos, con todo mi entorno y empecé a modificar muchas tendencias gracias a comenzar a vivir mi propia revolución humana. Agradezco a la vida la buena fortuna de haber conocido la LEY y admiro yo misma los cambios que he logrado.
Ahora bien, desde que participé de las charlas de la Sra. Chen, comenzaron en mi unas cosquillas que se fueron haciendo cada vez más fuertes sobre un tema... EL KARMA.


Ella puso mucho énfasis en tomar conciencia del karma que hemos acumulado en esta vida y en vidas pasadas para lograr un real cambio en nuestras vidas. Y hace unos días atrás, frente a un obstáculo bastante grande y doloroso que experimenté, surgió en mi un objetivo fundamental y es ahí donde el lema de este año se convirtió en mi objetivo personal: "Lograr definitivamente el gran cambio en mi vida ya que para mi lo que he logrado hasta hoy no es suficiente, quiero elevar mi estado de vida, quiero también disfrutar de esa felicidad inquebrantable de la que nos habla el Daishonin. Este es mi gran año, donde me he propuesto que sea para mi EL AÑO DE LA GLORIA Y DE LA GRAN VICTORIA."

Quiero lograr por fin equilibrar mi KARMA, y decidí que primero era necesario identificarlo con claridad, no se, pero intuí que sólo así lograría ese cambio.
Es que cuando todo anda más o menos bien, tranquilo, armónico: aparece algo de las mismas características, algo que es una constante en mi vida y me lleva sin duda a lo mismo: el dolor y el sufrimiento.
Y me dije: "LILIANA ESTO ES TU KARMA", pero... ¿Cuál era mi KARMA? Volví a leer cuanto material estuvo a mi alcance sobre KARMA y entendí que si yo no hacía un análisis profundo de mi situación personal a lo largo de toda mi vida nunca podría lograr un verdadero cambio y hoy quiero comentarles algunos pensamientos que surgieron en mi al emprender esta lucha de identificar mi KARMA porque quizás puede ser útil para alguno de ustedes. Sepan disculpar el atrevimiento de leer esto que no pretende ser ni un discurso ni nada parecido sino que es solamente la suma de los pensamientos y conclusiones a las que llegué en estos días.

Me pareció apropiado metaforizar el KARMA con una colcha tipo pachwork, esas que se hacen con retazos de prendas en desuso de diferentes formas y colores. Cada uno de esos retazos es rescatado de ropas en desuso y eran partes de otras prendas donde, con el uso sólo se rescataban esos trozos de tela, teóricamente en buen estado y se combinan con otros de otras prendas y la suma de muchos pedazos configuran la colcha. A mi me parece que cada uno de nosotros trae una colcha y que cada uno de los retazos sería el KARMA acumulado en nuestras vidas pasadas, pero en nuestro presente se utilizan de otra forma, pues cada uno es una pequeña parte de una colcha nueva, no un artículo completo. Entonces pensé que la colcha bien podría representar nuestra conducta o la suma de muchas actitudes o tendencias que acarreamos desde el más remoto pasado. Algunos trozos son verdaderamente hermosos, sería nuestro buen karma, otros, los que más nos pesan están tan deteriorados y raídos que somos víctimas de ellos y nos llenan de culpa y de vergüenza.

En este trabajo personal que emprendí, recordé que la práctica budista nos lleva a conocer nuestra esencia, que es la parte de cada uno de nosotros que nunca muere. Es nuestro ser verdadero, que renace en el cuerpo de un bebé, el cual ha sido preparado para que sea su residencia y hogar temporario durante esta vida
Sabemos al nacer perfectamente lo que nos falta aprender. Como budista, se ahora también que cada nuevo nacimiento me ofrece la posibilidad de hacerlo.

En cada vida que he vivido he reunido varios atributos, algunos positivos y otros muchos muy negativos, hasta hoy ME HE DEJADO GOBERNAR SIN ESCUCHAR MI YO INTERIOR. Pero he sido tremendamente afortunada en esta vida al conocer el Budismo y poder cortar los lazos de mi KARMA.
Nos enseñaron que todos somos iguales, que nadie vale más o menos que otros y que todos tenemos el estado inherente de la Budeidad, entonces... ¿porqué hay tal aparente disparidad entre las personas? Se pueden envolver dos diamantes idénticos en envoltorios diferentes ¿pero por esto su interior es menos valioso? NO, si no abrimos el envoltorio y descubrimos el contenido, nunca podremos evaluarlo.

Lo mismo ocurre con nosotros, lamentablemente hemos sido programados para identificarnos con nuestra cubierta exterior, y lo hacemos tan bien, que muy pocas veces logramos actuar según nos dicta nuestro yo interior. Y ES AHÍ DONDE NOS EQUIVOCAMOS, dejándonos llevar por nuestro ego y nuestras tendencias y el círculo del KARMA sigue... en esta existencia y en las futuras.
Sin embargo son nuestros cuerpos los que nos permiten vivir en el mundo y aprender a través del dolor y con mucho daimoku a romper el KARMA que hemos puesto en movimiento. Ahora tengo la oportunidad de hacerlo, podemos comparar el KARMA con un boomerang, pero yo prefiero ser más romántica y lo comparo con una paloma mensajera... DEBE REGRESAR A LA MANO DE LA PERSONA QUE LA SOLTÓ. Entonces vi que:
EL KARMA VUELVE A MÍ EN LA MISMA FORMA QUE LO SOLTÉ. Es costumbre en nosotros hacer responsable a los demás o a cualquier estímulo o causa ajena de nuestros problemas, práctica que resulta totalmente improductiva, YO COMO BUDISTA TENGO LA RESPONSABILIDAD en esta existencia de no desperdiciar la oportunidad que recibí al conocer la Ley Mística de revertir mi KARMA y lograr mi felicidad a través de mi práctica CONSTANTE Y SINCERA.

TODOS tenemos la idea y nos autoconvencemos de que somos buenos pero si realmente queremos cambiar debemos ser sinceros y reconocer nuestros errores. Hay gente que utiliza distintos métodos para hacer regresiones a sus vidas pasadas pero por fin entendí que no hace falta realmente tener una idea cabal de cada hecho o causa negativa que hayamos generado ya que como leímos en las enseñanzas muchísimas veces “basta con ver nuestro presente para identificar nuestro KARMA”.

Entonces hice una lista concreta de los hechos que me causaron dolor y pude reconocer mi KARMA, y llegué a estas afirmaciones:
Seguramente yo me alejé de mis padres en esta vida y en vidas pasadas, es por eso que mis hijos se alejaron de mi para que yo pueda pagar ese KARMA. Acepto las causas hechas por mi y agradezco todo el sufrimiento por el que atravesé en mi cuerpo actual ya que solamente así pude cortar los lazos, ya que cuando esto sucedió yo ya practicaba este Budismo y pude entender a mis hijos.
Mi madre era autoritaria, excesivamente controladora y muy poco afectuosa, me castigaba severamente sin yo saber cuál era el motivo del castigo, como consecuencia de ese maltrato me volví una persona muy insegura, y eso me hizo muy infeliz y solitaria.

Ahora que comprendo que seguramente fue una de mis mejores maestras ya que yo necesitaba vivir mi infancia de ese modo para equilibrar mi KARMA. No me cabe ninguna duda que ella actuó así conmigo para que yo sintiera en carne propia lo que le hice a otras personas. Sin embargo gracias al Budismo entendí que debía transitar ese camino de una infancia insegura, para valorar la seguridad que encuentro en mi misma a través de entonar NAM MYOHO RENGE KYO.

La consecuencia de mi práctica fue la decisión de brindarles a mis hijos sólo amor y que nunca pasaran lo que yo pasé en mi niñez.
Seguramente yo fui violenta y agresiva, abandoné a los que me amaban y ofrecí relaciones conflictivas a mis parejas, causándoles muchísimo dolor en esta vida y en pasadas, es por esto que no he logrado mantener nunca una buena relación de pareja. AGRADEZCO profundamente en esta vida a las personas que me agredieron o fueron violentas y conflictivas ya que ellos debieron actuar así conmigo para que yo pudiera pagar ese retazo de mi KARMA.

El Daishonin nos enseña que sólo con dolor se aprende profundamente, POR LO TANTO AGRADEZCO LOS HECHOS y a las personas que tuvieron que desempeñar ese papel en mi vida ya que sufriendo es la única manera de saldar parte de mi deuda.
SOLO ES POSIBLE SUPERAR UN DOLOR O SUFRIMIENTO SI ACEPTAMOS LA LECCIÓN QUE NOS BRINDA.
Tuve que disponerme a invertir muchísimo tiempo y esfuerzo para observar la enorme variedad de situaciones, experiencias y relaciones en que me vi envuelta y preguntarme muchísimas veces qué conducta pasada se volvía contra mi en la misma forma que antes. Y la única manera de saberlo es vivir en el presente lo mismo que yo hice vivir a los demás en el pasado. Si herimos a alguien con nuestros pensamientos, sentimientos, palabras o actos, tenemos que sufrir la misma crueldad para equilibrar la balanza.
Nadie ni nada más que yo es responsable de lo que me sucede.

Fui tremendamente sincera y enfrenté sin tapujos las causas que explican mis problemas, no estoy segura que todas las dificultades desaparezcan de la noche a la mañana, pero sin duda examinarlas me sirvió para comprenderlas y aceptarlas y no tengo miedo a no poder revertirlas ya que ahora las conozco y el miedo siempre es causado por el desconocimiento, cuando llega el aprendizaje, el miedo no está.
Después de esto luché conmigo misma para sentarme frente a mi GOHONZON y reconocer MI KARMA y arrepentirme de causarlo, mi mente no quería dejar de creer que soy buena... Que no era posible que yo hubiera hecho cosas tan malas. Cuando logré reconocerme a mi misma, me sentí tan bien, me desinflé como un globo. Entoné NAM MYOHO RENGE KYO y me sentí especialmente tranquila.

Tenemos defectos y cualidades y casi siempre tratamos de ocultar nuestras falencias a los demás, pero lo más grave es ocultarnos a nosotros mismos. Nos engañamos y engañamos a los demás simulando que somos intachables, pero esa actitud de “buenitos” no nos brinda crecimiento o integridad. Sólo cuando estuve dispuesta a reconocer mis fallas es cuando surgió la necesidad de corregirlas, cuando dejé de ocultarme todos los aspectos tan negativos que poseo y pude admitirlos, sólo así tuve la certeza que podré empezar a cambiar.
Aquí empezó el trabajo real, el punto de partida, asumí mi KARMA, tuve un arrepentimiento sincero frente a mi GOHONZON y soy conciente del daño y del dolo que le he causado a muchas personas.

ESTOY MUY APURADA por ser mejor, nadie puede hacerlo por mi, necesitaré mucha dedicación, perseverancia y determinación, pero ya no puedo esperar que nadie me salve, muchos pueden brindarme su valioso aliento, pero sólo yo munida de las mejores herramientas: FE en el Budismo de Nichiren Daishonin, PRÁCTICA sincera y perseverante y mucho ESTUDIO, VOY A LOGRAR EL AÑO DE GLORIA Y GRAN VICTORIA.
NO QUIERO MÁS MEDIAS TINTAS EN MI VIDA, QUIERO UN CAMBIO RADICAL, viviendo el presente sin pensamientos, sentimientos, palabras o acciones negativas contra ninguna forma de vida.

Varias veces cuando me sucedía algo doloroso pedí orientación a mi responsable y él me decía “preguntate PARA QUÉ” y yo no podía entenderlo ... En estos días me di cuenta:
¿PARA QUÉ VIVÍ LO QUE VIVÍ? PARA RECONOCER DEFINITIVAMENTE MI KARMA Y SENTIR COMO SENTÍ UN SINCERO Y MANSO ARREPENTIMIENTO.